Aún que existan imanes naturales llamados piedra magnetita, se están produciendo imanes compuestos por aleaciones de materiales diferentes, Alnico (Aluminio, Níquel y Cobalto), Ferrita (Oxido de Hierro, Oxido de Bario u Oxido de Estroncio), Neodimio (Neodimio, Hierro y Boro) y se denominan imanes permanentes . La imantación de estos materiales se realiza por el principio de saturación.
Los «imanes permanentes» conservan sus características magnéticas por tiempo ilimitado, sin necesidad de estar conectados a ningún tipo de fuente de energía. Únicamente estas características se pueden alterar aplicando temperaturas fuera del rango de trabajo de cada tipo de imán en concreto o mediante un aparato desimantador.
Los más usados en terapias son los de ferrita llamados también imanes de cerámica y los de neodimio. Los Imanes cerámicos son los que tienen el campo magnético mas amplio, lo que permite una penetración profunda en el cuerpo (depende de su masa). Los imanes de neodimio son muy apreciados por su tamaño, sin embargo su campo magnético es reducido aún que tengan más potencia.
La masa de los imanes influye en su capacidad de penetración , a más masa más efecto en la profundidad.
La aplicación de dos imanes superpuestos no aumenta la potencia, dado que no es posible realizar una suma aritmética en las unidades de inducción magnética.
Gauss es la unidad de inducción más utilizada.
A cada uno de los polos de un imán permanente le corresponde una forma de energía magnética distinta, y por tanto sus efectos son distintos.
Los imanes para uso en Par Biomagnetico están forrados y marcados en dos colores.
Polo Norte, negativo, negro. Polo Sur, positivo, rojo.