La energía magnética es ahora reconocida como una de las fuerzas naturales más grandes del universo. El uso de imanes tiene su historia, la practicaron y describieron los egipcios y griegos hace miles de años.
Los científicos han establecido que esta energía invisible pasa a través de todas las substancias materiales afectando los sistemas vivientes, influyen en su comportamiento, función mental, energía física y el bienestar biológico.
A través de experimentos múltiples se ha constatado que hay efectos distintos y opuestos de los dos polos magnéticos separados en la función metabólica.En términos de respuesta biológica, las polaridades separadas negativa y positiva son tan distintamente opuestas como la noche y el dá, el frío y el calor, lo ácido y lo alcalino.
Energía magnética negativa: Aumenta el oxígeno en las células. Elimina fluidos y gases. Reduce la retención de líquidos. Estimula y restaura el sueño profundo. Combate la infección. Ayuda a la curación biológica. Reduce la inflamación. Normaliza el balance ácido/base. Puede reducir y quitar síntomas. Mitiga y quita dolor. Promueve la agudeza mental y el razonamiento. Reduce y disuelve los depósitos de grasa.
Energía magnética positiva: Todo lo opuesto al efecto de la energia magnetica negativa.